divendres, 13 de febrer del 2009

Poesía




Su amor no era correspondido,
llamándola con un canto,
cada día desesperado,
se lamentaba de no haberla amado.

Pensó mal de su amor,
y por eso siente dolor.
Cada día huele su olor,
de perfume a rosas u otra olor.

Él al verla le sube la alegria,
que se termina al acabar el día.
Piensa en un mundo donde la alegria
nunca se acabe en un día.

Prisionero y atado se ve a ella,
de amor, pero también de odio,
por saber que ésta correspondió
a otro amor.